Cocos nucifera L.
ArecaceaeEsta archiconocida palmera, probablemente nativa de las costas del Pacífico y que todos tenemos en nuestro imaginario de lo que es un paraíso tropical, es sin embargo raramente vista fuera de los trópicos. Actualmente se cultiva por prácticamente todas las regiones tropicales del planeta, con especial gusto por arenales costeros.
Aunque hoy en día es la única especie del género Cocos, en su día fueron muchas las palmas y palmeras que se clasificaron junto a ella. Sin embargo sus particularidades botánicas (y como no, su gigantesca semilla) le han merecido esta soledad. Su semilla, el coco, está considerada como la mayor semilla de la naturaleza, y es la clave de su éxito: flotando por los mares sin perder su capacidad de germinación, se ha expandido por los trópicos de todo el planeta, no sin poca ayuda del hombre para explotar su fruto y la copra (pulpa seca del coco).
El nombre popular y el del género es una derivación del gallego-portugués: côco (craneo, cabeza), y éste del proto-celta *krowkā-, nombre que también recibe un mitológico "devorador de niños". Así, fueron los portugueses quienes bautizaron a esta especie como coco: en las "Décadas de Asia", Jõao de Barros escribió en 1563: “esta corteza por donde aquel fruto recibe el nutriente vegetal, tiene una forma aguda, que se asemeja a un hocico puesto entre dos ojos redondos, por donde salen los brotes, cuando quiere nacer: por razón de tal figura, sin ser figura, los nuestros le llamaron coco, nombre impuesto por las mujeres a cualquier cosa con la que quieren dar miedo a los niños, nombre que le iba tan bien, que nadie le sabe otro, [...]”. En cuanto al epíteto nucifera, viene del latín nux-nucis (nuez) y fero (yo porto); es decir, "portador de nueces".
Su fruto, de unos 1-2 kg de masa, es una gigantesca drupa del que se aprovecha entero o por partes: la fibra del mesocarpo, la leche, la pulpa y la cáscara. Su interior, como si de un huevo de ave se tratase, contiene una única semilla con una parte líquida (leche de coco) y otra sólida (pulpa).
No soporta el frío por debajo de unos 10ºC y requiere mucha luz, lo que explica que sea muy rara en latitudes medias (con excepciones como las Bermudas, Madeira o el archipiélago Kermadec en Nueva Zelanda). Incluso en zonas como Florida, la gran helada de 1958 acabó con cerca del 80% de los cocoteros de la región.