Los jardines de Las Dueñas son uno de los más grandes tesoros que conforman este singular palacio.
Traspasando el pórtico renacentista bajo el escudo heráldico de la Casa de Alba, es impresionante el impacto que se recibe al entrar en el Patio de acceso a Las Dueñas, donde un primer jardín de naranjos y palmeras queda enmarcado por el colorido fondo de trepaderas que se desarrollan sobre las paredes de la fachada principal del Palacio, conformando un jardín vertical que combina tradición con la más generosa vanguardia.
Más de 10 variedades diferentes de buganvilla dan color a esta inusual bienvenida, donde se combinan sus tonalidades con las floraciones violetas de las jacarandas, azules del plumbago, las tonalidades rojas de los pacíficos o los rosales todos ellos en contraste con el amarillo rastrillado del albero que conforma los caminos, muy característico de los jardines de Sevilla.